El síndrome de apnea del sueño se produce porque los tejidos blandos del cuello se colapsan a intervalos durante el sueño y cierran el paso de aire. La persona deja de respirar o disminuye de una forma considerable su respiración durante períodos de más de 10 segundos de manera repetida durante el sueño. Al dejar de respirar disminuye el nivel de oxígeno en la sangre lo que provoca una fuerte inspiración (sobresalto) y una interrupción del sueño sin llegar a despertarse totalmente.
El descenso del oxígeno en sangre y la fragmentación del sueño son las causas de los efectos más importantes del síndrome de apnea; produciéndose alteraciones cardiovasculares (hipertensión arterial, infarto cerebral, arritmias e insuficiencia cardíaca) por el primero y excesiva somnolencia diurna y un funcionamiento neurocognitivo disminuído por el segundo.
El diagnóstico se realiza mediante la evaluación durante una noche de los patrones de sueño y de la respiración (Polisomnografía). Se obtiene información sobre la estructura del sueño, sobre la respiración y sobre la cantidad de aire que se inspira así como la monitorización del oxígeno en la sangre.
A todos los pacientes se les recomienda adoptar unas medidas generales:
- Perder peso.
- No fumar.
- Evitar la posición boca arriba de memoria en la cama.
- Reducir el consumo de alcohol (sobre todo 4 horas antes de acostarse) y de fármacos que favorecen la aparición de apneas (sedantes, hipnóticos y relajantes musculares).
- Adoptar hábitos saludables que favorezcan una buena higiene de sueño.
Si la severidad del cuadro lo requiere, la Apnea del Sueño se trata mediante el suministro de una corriente de aire que ejerce una presión positiva en las vías aéreas evitando que se cierren durante el sueño. Este tratamiento fácil y eficaz se denomina CPAP y consiste en un pequeño y silencioso compresor de aire que se conecta a la vía aérea mediante una mascarilla colocada sobre la nariz. De esta forma, el paciente afectado no roncar, su respiración se volver regular, notar como el sueñoo es más eficaz y, sobre todo, conseguir encontrarse mas despierto y activo durante el día.
En algunos casos, debidamente seleccionados, otra opción de tratamiento es la cirugía de la esfera otorrinolaringológica (nariz y faringe) o la utilización de dispositivos intraorales (prótesis) que tienen un efecto de avance de la mandíbula. El resto de tratamientos que se venden no están científicamente probados ni para el ronquido ni para la apnea.
Como resumen le recomendamos que si ronca, le dicen que hace pausas respiratorias mientras duerme, se levanta cansado o tiene excesiva somnolencia durante el día, acuda a su médico de Atención Primaria que pondrá en marcha el estudio pertinente para llegar a un diagnóstico y tratamiento ya que dormir mal, como le hemos explicado, puede tener unas consecuencias graves para su salud.