La
Legionella pneumophila es un microbio que vive habitualmente en el agua. Se la ha aislado en fuentes naturales de agua dulce, en lagos, en aguas termales, etc. Pero estas fuentes naturales provocan enfermedad muy raramente. La inmensa mayoría de los casos y de las epidemias se asocian a fuentes artificiales de agua: conducciones de agua en edificios, intercambiadores de calor, torres de refrigeración y conductos de refrigeración por ejemplo.
La transmisión de la enfermedad, es decir, el modo en que se contrae, es por inhalación de partículas de agua contaminada por
L. pneumophila. Es decir, a partir de esos lugares en los que hay
L. pneumophila, se producen aerosoles y en las gotitas de ese aerosol «viaja» la legionella y entra al pulmón del futuro enfermo cuando éste inhala aire que contiene esas partículas. El ambiente en el que se produce la inhalación de
L. Pneumophila suele ser en aquellos edificios o instalaciones con dispositivos (torres de refrigeración…) contaminados y también pueden verse afectadas personas que viven en la proximidad de esas instalaciones. Otra forma de contraer la enfermedad es también por aspiración de aerosoles que se puedan generar en la proximidad de obras en la que se remuevan grandes cantidades de tierra. La forma de inhalarla desde conducciones de agua potable es mediante los aerosoles que se generan al abrir los grifos, especialmente las duchas. Sin embargo, no se ha relacionado la enfermedad con la ingesta de agua y tampoco se ha demostrado transmisión de persona a persona.
De este modo, la neumonía por
L. pneumophila puede aparecer de forma aislada y ocasional como una de las posibles causas de neumonía adquirida en la comunidad y también de forma epidémica, asociada entonces generalmente a edificios concretos. Si uno de esos edificios es un hospital las consecuencias pueden ser especialmente graves ya que las personas expuestas a
L. pneumophila serán en su mayoría pacientes con otras enfermedades que harán más difícil que puedan luchar contra la infección. Hablamos en ese caso de neumonía nosocomial para referirnos a la que se contrae estando el paciente ingresado en el hospital previamente.
Los principales factores de riesgo conocidos para que un paciente contraiga neumonía por Legionella son el tabaquismo y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. También son factores de riesgo:
- Tratamientos inmunosupresores, especialmente con corticoides.
- Pacientes quirúrgicos.
- Alcoholismo, desnutrición.
- Receptores de transplante de órganos.
Los mecanismos de defensa frente a la Legionella se basan sobre todo en lo que conocemos como inmunidad celular, es decir depende poco de los anticuerpos y depende más de la actividad de las células de los sistemas de defensa: linfocitos y monocitos/macrófagos sobre todo cuya misión es destruir primero y comerse después a las células infectadas.