Información para pacientes

Técnicas pleurales

Están indicadas cuando la pleura está enferma y acumula líquido o aire. Se hacen con anestesia local y entre sus posibles complicaciones se encuentran el neumotórax (entrada de aire en el espacio pleural), y la hemorragia, aunque las complicaciones de importancia son raras. Las más utilizadas son las siguientes:
  • Toracocentesis: Consiste en pinchar la pleura con una aguja fina para obtener líquido pleural que se enviará a analizar.

  • Biopsia Pleural: Consiste en hacer una o varias biopsias de la pleura con una aguja especial, a través de un pequeño corte en la piel del costado.

  • Drenaje Pleural: Consiste en introducir un tubo fino en la pleura, a través de un pequeño corte en la piel para vaciar líquido o aire. Normalmente se conectará a un recipiente donde se almacenará el líquido que salga. Puede ser necesario que el drenaje se mantenga durante varios días e incluso pueden inyectarse medicamentos a través del tubo.

Cirugía del mediastino

La cirugía del mediastino está indicada para resecar patología a dicho nivel, como puede ser: tumores malignos o benignos del timo, quistes, tumores nerviosos, bocios, etc. Esta intervención se realiza con anestesia general y a través de una incisión en el cuello o vertical separando el esternón o a través de una incisión en el costado de unos 25 cm, dependiendo de la localización de la patología. Estas incisiones pueden ser causantes de las molestias dolorosas que se tienen en el postoperatorio, no obstante, hay medicación contra el dolor totalmente efectiva.

Después de toda intervención sobre el mediastino se dejan uno o dos tubos de drenaje conectados a una aspiración continua y que se llevarán varios días.

La cirugía torácica del mediastino, está considerada como una cirugía de riesgo, y sus complicaciones están en relación con la importancia de las estructuras vasculares (aorta, vena cava superior, corazón) y nerviosas (nervio frénico, nervio recurrente) que están en su interior. Las complicaciones más frecuentes suelen ser la infección de la herida operatoria, el sangrado, la parálisis frénica y la parálisis del nervio recurrente. Esta intervención se indica después de que sus médicos han descartado otra medidas terapéuticas.

Mención aparte, merece la entidad conocida con el nombre de «Miastenia Gravis» que es diagnosticada y tratada por los médico neurólogos y que cuando ellos lo indican se puede intentar resecar todo el timo para curar la enfermedad o disminuir la necesidad de medicación. La recuperación es progresiva, esperando una recuperación completa en un periodo de dos o cuatro meses dependiendo de la cirugía practicada, si bien, el periodo de hospitalización postquirúrgica oscila en torno a una semana.

Cirugía videotoracoscópica

La cirugía videotoracoscópica consiste en la posibilidad de operar dentro del tórax a través de pequeñas incisiones de 1,5 cm, por donde se introducen los instrumentos quirúrgicos (pinzas, disectores, endograpadora, etc.). En ocasiones puede ser necesario realizar una incisión relativamente pequeña, de unos 10 cm, para completar la intervención o extraer los tejidos resecados.

Está indicada en neumotórax espontáneo, para toma de biopsia pulmonar, resección de nódulos pulmonares , quistes y tumoraciones benignas de la pleura o mediastino. Esta intervención se realiza con anestesia general e intubación selectiva. Solamente cuando se realiza con finas puramente diagnósticos o para provocar una sínfisis pleural (adherencias en la superficie pleural) con talco, se puede utilizar la anestesia local con sedación.

En todo momento hay que contar con la posibilidad de tener que realizar una incisión en el costado, si las dificultades encontradas o la propia patología así lo aconsejan. Después de la intervención se dejan uno o dos tubos de drenaje conectados a una aspiración continua durante unos días. Esta intervención se realiza cuando sus médicos han descartado otras medidas terapéuticas.

La cirugía toracoscópica está considerada como una cirugía de riesgo y las complicaciones más frecuentes son la infección de las heridas operatorias y el sangrado. Esta cirugía es más estética, produce menos dolor y las estancias en el hospital son mas cortas, con una recuperación precoz y una incorporación a la vida normal en el plazo de dos a cuatro semanas.

Mediastinoscopia y la Mediastinotomía

La Mediastinoscopia y la Mediastinotomía son técnicas de cirugía torácica que se aplican con fines exclusivamente diagnósticos, es decir, para tomar muestras de adenopatías (ganglios) o masas mediastínicas. Ambas de realizan bajo anestesia general. La Mediastinoscopia, a través de una incisión de 3 cm en el hueco supraesternal, a través del cual se introduce un instrumento óptico, el mediastinoscopio, que permite tomar las muestras.

La Mediastinotomía es una incisión para-esternal derecha o izquierda de 6 cm por el 2º ó 3º espacio intercostal, a través de la cual se toman las muestras necesarias. En ocasiones se necesita combinar ambas técnicas. Estas exploraciones de cirugía torácica son consideradas una cirugía de riesgo, por la proximidad de las estructuras vasculares.

Entre las complicaciones más frecuentes están la infección de la herida y el sangrado, que puede obligar a realizar una incisión más amplia. Esta intervención se indica después de que sus médicos han descartado otros métodos diagnósticos. La recuperación completa suele ser rápida, pudiendo alcanzarse en un periodo de 7 a 10 días, si bien el alta hospitlaria se produce habitualmente a las 24 h.

Resección pulmonar

La cirugía de resección pulmonar está indicada en diversas patologías como pueden ser: tumoraciones pulmonares malignas o benignas, bronquiectasias, etc.. Puede ser necesario resecar sólo una porción pequeña de pulmón, uno o varios lóbulos hasta en ocasiones el pulmón entero. En ocasiones, antes de la operación no se sabe con exactitud la cantidad del pulmón que es necesario quitar. Dependerá de la situación, localización, extensión, etc. de la enfermedad, que se encuentre el cirujano.

Esta intervención se realiza con anestesia general e intubación selectiva. A través de una incisión en el costado de unos 25 cm, colocando un separador de costillas que nos permite trabajar en el interior del tórax, pero que puede ser causante de las molestias dolorosas que se tienen en el postoperatorio. No obstante, hay medicación contra el dolor totalmente efectiva. Después de toda intervención sobre el tórax se dejan dos tubos de drenaje conectados a una aspiración continua y que se llevarán varios días.

La cirugía torácica de resección pulmonar está considerada como una cirugía de riesgo, y sus complicaciones suelen estar en relación con la mayor o menos cantidad de pulmón resecado y la situación funcional previa. Las complicaciones más frecuentes suelen ser la infección de herida operatoria, sangrado, fuga aérea persistente, retención de secreciones, infección de la cavidad pleural y la fístula bronquial.

Esta intervención se indica después de que sus médicos han descartado otras medidas terapéuticas. La recuperación es progresiva, con disminución del dolor, mejor movilización, aunque en ocasiones puede quedar alguna molestia como acorchamiento o anestesia en la zona anterior a la herida quirúrgica. La recuperación final es progresiva, pudiendo alcanzarse en un período de 2 a 4 meses, si bien el periodo de hospitalización postquirúrgica oscila en torno a una semana.

Cirugía de la pleura

La cirugía de la pleura puede estar indicada:
  • En casos de neumotórax (presencia de aire en la cavidad pleural) persistente, es decir, que no se resuelve con un tubo de drenaje aspirativo, o de neumotórax recidivante (de repetición).

  • En casos de empiema (pus en la cavidad pleural) no resuelto con un tubo de drenaje aspirativo.

  • Por último, en casos de tumoraciones benignas o malignas de la pleura.

Esta intervención se realiza con anestesia general. A través de una incisión en el costado de unos 25 cm, colocando un separador de costillas que nos permite trabajar en el interior del tórax, pero que puede ser causante de las molestias dolorosas que se tienen en el postoperatorio. No obstante, hay medicación contra el dolor totalmente efectiva. Después de toda intervención sobre el tórax se dejan 2 tubos de drenaje conectados a una aspiración continua y que se llevarán varios días.

La cirugía torácica de la pleura está considerada como una cirugía de riesgo. Las complicaciones más frecuentes suelen ser la infección de la herida operatoria, el sangrado, la fuga aérea persistente y la infección de la cavidad pleural. Esta intervencón se indica después de que sus médicos han descartado otras medidas terapéuticas. La recuperación final es progresiva, pudiendo alcanzarse en un período de 2 a 4 meses, si bien el periodo de hospitalización postquirúrgica oscila en torno a una semana.
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